miércoles, 25 de enero de 2012

México, teatro y las elecciones que vienen.



El próximo año todos los mexicanos estaremos llamados a votar por un nuevo presidente. Las opciones hasta ahora son Enrique Peña Nieto (EPN) por el PRI y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por la coalición que encabeza el PRD. El PAN hasta hoy, cinco de diciembre de dos mil once*, no ha definido una figura y es probable que no lo haga pronto. También está la propuesta de votar por Esperanza Marchita, es decir, de anular el voto o de plano ni pararse cerca de las casillas ese día, abstenerse. Pero decir que cada quien decidirá lo que mejor le plazca porque el voto es un ejercicio individual no es preciso. El voto es al mismo tiempo una práctica colectiva. Si bien es cierto que uno es dueño de su papeleta al momento de cruzar una casilla y depositarla bien doblada en la urna, no lo es menos que uno guía su decisión en función de las preferencias electorales del grupo social al que pertenece. Así pues, un empresario que sienta que los intereses de su gremio están bien representados por el PRI, votará por Peña Nieto; un señor religioso que crea que su libertad de culto es defendida por el PAN, lo hará por Josefina Vásquez Mota o Santiago Creel o quien sea que vaya a ser su candidato; y el hijo de una familia de clase media involucrada en el Movimiento de Regeneración Nacional, lo hará por López Obrador. Ya sé que he recurrido a unos buenos clichés, pero la intención era sólo poner un ejemplo para poder pasar a la pregunta que me interesa: como gremio, a los hacedores de teatro, ¿por quién nos conviene votar?

EPN está casado con la actriz Angélica Rivera, pero eso no lo acerca a la cultura ni tantito. El papelón que hizo hace poco en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara es una prueba contundente. Por lo demás, la última vez que se paró en un teatro fue en el Teatro Morelos de la ciudad de Toluca el pasado cinco de septiembre para leer un mensaje con motivo de su sexto informe como gobernador del Estado de México. Dejó claro en la FIL que no tiene afición por la lectura y quién sabe si lo tenga por algún otro arte. Parece que no. En el 2010 su gobierno construyó en Texcoco el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. Hay en él una sala de conciertos para mil doscientos espectadores, una biblioteca y varias salas de exposiciones, entre ellas un corredor escultórico. Llama la atención esta magna obra (que en palabras del secretario de educación de la administración peñanietista Alberto Kuri, corona la política cultural del Estado de México) pues pese a su curiosa ubicación, se ha mantenido más o menos activa según el portal de Instituto Mexiquense de Cultura. Por lo demás, EPN recibió la invitación de la productora de teatro Carmen Salinas para acudir a ver Aventurera a Tlalnepantla, pero no se presentó para desaire de muchos. Su libro México, la gran esperanza, base de lo que podría ser su programa de gobierno, se refiere al problema de la educación en el capítulo cinco. Argumenta ahí que es preciso construir una “sociedad del conocimiento” mediante la elevación de “la calidad educativa en todos los niveles académicos y a facilitar el desarrollo tecnológico a través de la innovación en ciencia y tecnología” (El Sol de México, columna del diputado Juan José Guerra Abud, 6-12-11). Concretamente el libro propone “impulsar un programa de jornadas escolares completas, de ocho horas de duración, que fomente el aprendizaje del inglés, la práctica de deportes, la alimentación saludable en la escuela y el cierre de la brecha digital con el acceso de cada alumno a una computadora con internet de banda ancha” (Liébano Sáenz, Milenio, 8-11-11). Eso es lo más cerca que el texto, al parecer, pasa de la esfera de la cultura y el arte.

AMLO, por su parte, durante tres años consecutivos (del 2002 al 2004) siendo jefe de gobierno del Distrito Federal concedió el cien por ciento de subsidio al impuesto de espectáculos públicos a los productores afiliados a la Sociedad Mexicana de productores de Teatro por mediación de Dolores Padierna, María Rojo y el hoy finado Víctor Hugo Rascón Banda. Su figura ha estado acompañada, al menos desde el 2006, por figuras del arte y la cultura como Elena Poniatowska, Jesusa Rodríguez, Guadalupe Loaeza, Fernando del Paso, Sergio Pitol y el también muerto Carlos Monsiváis. En torno a él se han realizado una multitud de eventos culturales en los que han participado al menos los siguientes artistas de diversas disciplinas: Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Gilberto Aceves Navarro, Gabriel Macotela, Roger von Gunten, Manuel Marín, Yani Pecanins, Gustavo Monroy, Mario Rangel Faz, Juan Manuel de la Rosa, Ricardo Regazonni, Vicente Rojo Cama, Teresa Zimbrón, Víctor Guadalajara, Jesús Mayagoitia, Francisco Castro Leñero, Néstor Bravo, Matthai, Nunik Sauret, Rafael López Castro, Gilda Castillo, Maribel Portela, Luis Manuel Serrano, René Freyre, Renato González, Pilar Bordes, Inda Sáenz, Marga Peña, Rafael Barajas, Antonio Helguera y Gonzalo Rocha, Bárbara Jacobs, Liliana Felipe, Cristina Pacheco, Arnoldo Kraus, Margo Glantz, Isela Vega, Lucía García Noriega, Ximena Cuevas, Myriam Moscona, José María Pérez Gay, David Huerta, Silvio Rodríguez, Luis Mandoki, Coral Bracho, Daniel Giménez Cacho, Sergio Mondragón, Rita Guerrero, Nina Menocal, Morris Savariego, Julieta Campos, Enrique González Pedrero, Héctor Vasconcelos y Paz Cohen. En el gabinete del llamado Gobierno Legítimo de México, simulacro ficcional de lo que pudo haber sido la organización política bajo la presidencia del AMLO, hay una secretaria de Educación, Ciencia y Cultura y en el texto Proyecto Alternativo de Nación se lee: “(…) una sociedad como la nuestra, hundida en la tristeza y sometida al terror constante de la violencia y la inseguridad, requiere hacer un inmenso esfuerzo para recuperar los valores y principios que dieron sentido a la formación de nuestra nación y que se hallan plasmados en las obras que constituyen nuestro patrimonio histórico y cultural, así como en el potencial creador de miles de hombres y mujeres dedicados al arte y la cultura en nuestras comunidades y pueblos” (Cfr.: http://www.gobiernolegitimo.org.mx/ documentos/proyecto_alternativo.pdf). El mismo texto describe la necesidad de una reforma cultural pues “(…) pocos fenómenos han sido más dañinos para el país que el esfuerzo realizado desde los diversos gobiernos, especialmente en los últimos lustros, con el fin de domesticar y mercantilizar el pensamiento y el arte” (ídem). Más adelante se lee: “Es indispensable dotar a la sociedad y a los creadores de una infraestructura cultural que responda a sus necesidades, abrir nuevos espacios públicos y apoyar los ya existentes se debe poner énfasis en los estados con mayor rezago educativo y cultural. Para impulsar la lectura se abrirán bibliotecas, salas de lectura y librerías, sobre todo en las entidades que carezcan de este tipo de instalaciones. Se impulsará la creación de museos, casas de la cultura, teatros y salas de cine. La propuesta es que haya una orquesta en cada pueblo, un coro en cada pueblo, una biblioteca en cada pueblo, un foro, un cine, un galería en cada pueblo. Se debe establecer una programación mínima de producciones nacionales en cines y teatros. Se fortalecerá el sector cultural del Estado para cumplir con su responsabilidad social, pero también debe promover la colaboración y la participación social, comunitaria y privada” (ídem).

Trazar ahora el perfil de las políticas culturales del PAN es difícil sin tener un candidato definido. El portal de internet del partido no refiere ninguna incidencia general en el arte. No obstante, hay que decir que la reforma al artículo 226 bis de la Ley de Impuestos sobre la renta se logró en gran medida por el apoyo de la diputada panista Kenya López Rabadán al proyecto de María Rojo. Como sea, quizá la más cercana a esos temas sea Josefina Vásquez Mota quien luego de haber escrito Dios mío, hazme viuda redactó Nueva oportunidad: un México para todos. También lo presentó en la FIL, pero hasta ahora no queda claro en sus reseñas y críticas cuál es su postura frente al arte y especialmente ante el teatro. No se recuerda una acción importante a estos respectos mientras fue Secretaria de Educación Pública, pero junto con Silvia Pinal develó la placa de doscientas representaciones de Bajo cero en el Teatro Libanés allá por septiembre de este año (Marta Patricia García, El Universal, 5-9-11) y un mes después develó la de quinientas representaciones del musical La tiendita de los horrores en el Teatro Arlequín. Ahí dijo: "Es un gran honor estar aquí, es un privilegio. Quiero felicitarlos (a los actores) por este esfuerzo independiente. Creo que requiere más apoyo y mejor acompañamiento porque la cultura es la mejor apuesta para la paz y la concordia. En México tenemos que dejar de vivir con miedo para empezar a vivir con paz y concordia, y ustedes son constructores de alegría, esperanza y paz. Quiero agradecer este privilegio y comprometerme para acompañar de la mejor manera este esfuerzo, lo han hecho con grandeza; sé que no ha sido un esfuerzo fácil, pero quiero decirles que mueven las almas y nos invitan a pensar en lo que sí somos en México. Somos música, talento, paz, creatividad y sobre todo, esfuerzo y muchísimo trabajo (…) Desde niña me gusta mucho el teatro y lo que he visto aquí es un talento extraordinario. Estoy convencida, hoy más que nunca, que la cultura es la mejor apuesta para la paz. Si un niño viene al teatro o si toca un instrumento, si los adultos nos encontramos aquí (en el teatro), tendremos un país con gobernabilidad, paz social y más respeto. Estoy trabajando fuerte para ser la candidata de mi partido” (Cfr.: http://sdpnoticias.com/nota/228278/Devela_Vazquez_Mota_placa_festiva _de_La_tiendita_de_los_horrores).

Este no es un ejercicio reflexivo acabado. Las campañas aún no arrancan y todo está aún por verse. Sin embargo insisto en la necesidad de que es nuestro deber ciudadano pensar, si vamos a votar, en qué candidato es el que representa mejor las necesidades de nuestro gremio. Nuestra actividad económica como creadores escénicos tiene una función social insoslayable y es nuestro derecho demandar que los actores políticos se responsabilicen de crear ambientes propicios para desarrollarla del mismo modo en que lo hacen con otros sectores igualmente estratégicos.

*entrada publicada originalmente en esa fecha.

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